GASCÓN ABELLÁN, MARINA
El juicio sobre los hechos ha pertenecido durante mucho tiempo, sea al ámbito de cuestiones jurídicas no problemáticas, sea una "zona de penumbra" donde reina el arbitro judicial. Prueba de ello es la demostrativa o a considerar pura y simplemente está basada en una íntima e instransferible convicción, en una especie de quid inefable, de corazonada no exteriorizable ni controlable, incluso la teoría de la argumentación jurídica -que tan inportante desarrollo ha experimentado en los últimos años- se ha centrado en los problemas de interpretación de las normas, pero ha dedicado una escasa atención a la prueba
Este libro pretende ser una contribución al análisis de esta parte tantas veces olvidada del razonamiento judicial, teniendo en cuenta los esquemas propios de la epistemología general
El estudio resalta dos rasgos esenciales del conocimiento judicial de hechos que influyen en la calidad del resultado alcanzando: su naturaleza inductiva y su carácter institucionalizado. El primero pone de manifesto que los resultados probatorios no son infalibles sino (sólo) probables. El segundo, que la prueba se desarrolla en un marco institucional de reglas (procesales) que sustituyen los criterios propios de la libre adquisición de conocimiento por otros autorizados juridicamente; lo que, con frecuencia, constituye también a rebajar la calidad del conocimiento alcanzado. De todo ello deriban importantes consecuencias para un modelo judicial de prueba: si la prueba no produce resultados infalibles, han de introducirse todas las garantías posibles para lograr una mayor fabilidad en la declaración de los mismos y, en su caso, facilitar su eventual revisión. Todo lo cual desemboca, frente a lo que había sido la tradición en una nueva exigencia de motivación